Des de Da Nang, 30 de gener de 2010

La primera mención escrita sobre la cultura cham ó champa ocurre por el año 192.
Según las leyendas, un viejo brahmán Kaundinya lanzó una flecha a los cielos, para determinar dónde debía edificar su capital. Después, se casó con una princesa, hija del rey de los nagas, las míticas serpientes habitantes de las aguas, y de éste matrimonio descendieron todos los cham. La historia cuenta que los pobladores de la zona central de Vietnam -los cau, procedentes de las zonas montañosas del norte, y los dua, de las regiones costeras - se agruparon para formar un único pueblo, se sublevaron contra los chinos y fundaron un nuevo estado.


Muy influenciados por la cultura india, los cham adoptaron el sánscrito como lengua escrita. Su historia está plagada de luchas contra los poderosos vecinos chinos y contra los javeneses, con los que, paradójicamente, mantenían importantes relaciones comerciales. Más tarde, también se enfrentaron con los viet e incluso con los jemeres camboyanos.
Ya en el siglo XV, los cham fueron asimilados definitivamente por los vietnamitas. Actualmente, son una de las más de cincuenta minorías culturales del país. Conservan su lengua, su escritura y viven sobre todo de la agricultura y la artesanía. Sobre su capacidad agrícola, da prueba la gran cantidad de canales y sistemas de riego que construyeron en la zona central de la península de indochina. Eran también hábiles marineros, y llegaron a controlar el comercio marítimo de la seda entre los mercados de China y Occidente, siendo entre los siglos VIII y X cuando su imperio alcanzó el esplendor más grande.

El arte es la muestra más importante de la cultura cham. Paseando por los innumerables restos de My Son (“montaña hermosa”), se comprueba que el ladrillo, no la piedra, fue el elemento principal de su arquitectura.

Los templos son sencillos, armónicos y se reducen a una torre-santuario llamada kalam. Como muestra de la influencia India, un pequeño lígam o falo, que representa al dios Shiva, ocupa el centro de todos los tejados de los templos. Estos se consagraron a los dioses hindúes, mientras que los edificios construidos a partir del siglo VII están dedicados a Buda, ya que en ese siglo los cham adoptaron el budismo como religión oficial.

Los dioses tienen una gran importancia para la cultura cham. A cada punto cardinal le corresponde un dios protector:
Vayu, montado sobre un caballo, es el cuidador del norte.
Yama, el dios de la muerte, que se representa montado sobre un búfalo, le corresponde el sur.
Agni, con su rinoceronte, le corresponde el este
Indra, con su elefante, protege el oeste.




Como ocurre con muchas culturas clásicas, la cham también plantea numerosos enigmas e interrogantes. Se cree que cocían los ladrillos a fuego lento, para darles una resistencia mayor, y más tarde los ensamblaban usando una especie de resina, de la que aún no se han identificados todos sus componentes. Una vez levantado el edificio, se encendían hogueras a su alrededor durante varios días. El propósito era que la resina, al calentarse, se introdujera por los resquicios hasta convertir la construcción en un bloque sólido, compacto. Finalmente, se embellecía y decoraba.


Los bombardeos norteamericanos en la Guerra de Vietnam y los expolios de los franceses, transformaron este complejo irrepetible en simples ruinas.


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1 comentarios:

    Monika dijo...

    Excursió des de Da Nang: 180.000 VND/persona.
    Entrada ruines: 60.000 VND/persona

  1. ... on 21 de febrero de 2010, 9:14