En Vietnam, los mosquitos son molestos e incluso insoportables en ciertas épocas del año. Todos los detestan, pero muy pocos conocen su historia y las razones por las cuales estos insectos nos torturan con su zumbido sin cesar en nuestros oídos y su interés por la sangre. Esta leyenda explica su origen.

Ngoc Tam, era un modesto agricultor, que se casó con Nhan Diep. Los dos jóvenes eran pobres, aunque gozaban de un excelente estado de salud, y parecían destinados a gozar de la felicidad de una vida rural. El marido trabajaba en el cultivo de arroz y la mujer se dedicaba a la cría de gusanos de seda.
Pero Nhan Diep soñaba con una vida de lujo y placeres, y le ocultó sus deseos y ambiciones a su marido, cuyo amor por ella era verdadero. El marido suponía que su esposa estaba contenta con sus tareas diarias. Ngoc Tam trabajaba duro con la esperanza de aliviar su pobreza y mejorar su estatus de vida.
Desgraciadamente, Nhan Diep murió de repente. Ngoc Tam se sumió en un profunda tristeza y no dejó que enterraran el cuerpo de su esposa. Vendió todas sus posesiones para comprar un sampán - una pequeña embarcación - y navegó lejos con su esposa muerta.
Al poco tiempo de partir, llegaron al pie de una verde colina, decorada con muchas flores hermosas y huertos de árboles cargados de los más variados tipos de frutas. Habían llegado a la montaña de Thien Thai, el genio de la medicina que había viajado por todo el mundo para dar a la gente la oportunidad de aprender sobre la ciencia y la medicina. El genio le ofreció a Ngoc Tam el honor de convertirse en su discípulo, pero él se negó, y dijo que sólo quería que le devolviera la vida a su esposa.
El genio le miró con bondad mezclada con pena y dijo:
"¿Por qué se aferran a este mundo de amargura? La raras alegrías de esta vida son sólo una trampa. ¿Cómo pueden ser tan inconscientes de confiar su destino a un ser débil e inconstante? Quiero concederle sus deseos, pero me temo que se arrepentirá más tarde. "
A continuación, el genio dió la orden a Ngoc Tam de abrir el ataúd, de hacerse un corte en la punta de su dedo y dejar que tres gotas de sangre cayeran sobre el cuerpo de Nhan Diep. Esta última abrió sus ojos lentamente, como si despertara de un sueño profundo.
"No olvides tus obligaciones", le dijo el genio a ella. "Recuerda la de devoción de tu marido. Que ambos sean felices."
Iniciaron la vuelta a casa, ansiosos por llegar a su tierra natal de nuevo y reanudar su antigua vida. Una noche, se detuvieron cerca de un pueblo y Ngoc Tam bajó a comprar provisiones. Durante su ausencia, un gran barco llegó junto al muelle, y el propietario, un rico comerciante, sorprendido por la belleza de Nhan Diep, entabló conversación con ella y la invitó a tomar un refresco a bordo de su buque. Tan pronto como ella subió a bordo, dió la orden de soltar amarras y partieron.
Ngoc Tam buscó durante todo un mes a su esposa antes de encontrarla. Ella respondó a sus preguntas sin la menor vacilación, pero se había acostumbrado a su nueva vida. Estaba completamente satisfecha y se negó a regresar a casa con él.
Totalmente desilusionado, Ngoc Tam sintió que todo su amor por ella desaparecía y que ya no deseaba su regreso.
"Eres libre", le dijo. "Sólo devuélveme las tres gotas de sangre que te dí para devolverte a la vida. No quiero dejar el menor rastro de mí en ti."
Feliz de estar en libertad, Nhan Diep cogió un cuchillo y se hizo un corte en la punta de su dedo. Pero, tan pronto como la sangre comenzó a brotar, se pusó pálida y un instante más tarde estaba muerta.
Desde entonces, Nhan Diep ha regresado en forma de un mosquito, interminablemente molestando a su ex marido y tratando de recuperar las tres gotas de sangre que le devuelvan su vida de lujo.

Esta leyenda no es sólo un cuento para explicar por qué la gente detesta a los mosquitos, que pueden ser tan abundantes en Vietnam. También se quiere persuadir a aceptar lo que nos viene dado por el cielo. Ngoc Tam debería haber aceptado la muerte de su esposa. Sin embargo, como él era un hombre virtuoso, se le da la oportunidad de recuperar lo que había perdido, frustrando así la intención de los cielos. Ni siquiera tiene la oportunidad de llevar a su esposa a casa de nuevo, antes de que la naturaleza haga que lo vuelva a abandonar. En cuanto a Nhan Diep, su negativa a aceptar nunca su vida, la condena a una vida de ruido, de movimiento incesante. Esto es exactamente lo contrario a la tranquilidad que se cree que ofrece el camino de la verdadera alegría.


This entry was posted on martes, junio 09, 2009 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.